Continuamos con la serie «10 esculturas para alcanzar el éxtasis en Roma» con el Moisés de Miguel Ángel. Al igual que la Piedad, esta obra también ha sido creada por Miguel Ángel Buonarroti. Se encuentra emplazada en la basílica de San Pietro in Vincoli, en pleno barrio de Monti. Esta obra forma parte del proyecto para la tumba del Papa Julio II, un conjunto escultórico cuya grandiosidad se fue mermando en sucesivas revisiones, ya que la pintura de la Capilla Sixtina mantuvo a su autor muy ocupado durante años.
Su sistema de iluminación es muy curioso, porque la intensidad de la luz varía cíclicamente. Esto provoca que sus rasgos se enfaticen o suavicen de manera dinámica.
Las esculturas y pinturas de Miguel Ángel demuestran el conocimiento que poseía de la anatomía humana. En esta escultura, por ejemplo, destaca la tensión máxima que transmite en sus brazos, piernas y rostro, una cualidad expresiva que suele denominarse como terribilitá. Algo que consigue con su profuso tallado del mármol en cada pliegue de ropajes y piel. Al igual que la Piedad, esta obra es capaz de trasladarnos a un estado emocional muy concreto, ese profundo enfado e ira que sintió Moisés por la debilidad de su pueblo que había caído en pecado.
Como curiosidad, destacar que Miguel Ángel era conocedor del error de traducción de los textos que describía que de su cabeza Moisés sobresalían cuernos, en vez de rayos de luz, pero decidió no corregirlo. Muy cerca de donde se aloja el Éxtasis de Santa Teresa, se encuentra en la Fontana dell’Acqua Felice, una escultura de Moisés basada en la de Miguel Ángel, en la que precisamente se enfatizan esos cuernos.
El Moisés de Miguel Ángel en el arte contemporáneo.
El Moisés también ha sido fuente de inspiración y de estudio por el arte contemporáneo, en manos de la artista Cristina Lucas en su obra Habla (2008), se ha simulado su destrucción buscando el cuestionamiento de los iconos tradicionalmente asumidos.
¿Qué emociones os suscita a vosotros el Moisés?
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