Comenzamos nuestra serie de «10 esculturas para llegar al éxtasis en Roma» con una obra que no está en Roma, si no en la ciudad estado del Vaticano, la Piedad de Miguel Ángel.
La podréis encontrar en la primera capilla lateral cercana a los pies de la Basílica de San Pedro, entre la Puerta Sagrada y el Altar de San Sebastián. En los años 70 del siglo XX fue atacada a golpe de martillo y dañada considerablemente, desde entonces se encuentra protegida por un panel protector transparente.
Esta obra fue un encargo del cardenal benedictino de san Dionisio Jean Bilhères de Lagraulas a un joven Miguel Ángel Buonarroti de 21 años. Recordemos que este artista era fundamentalmente escultor, aunque a lo largo de su vida recibiría también otros encargos pictóricos como el de la Capilla Sixtina.
Las dimensiones de este conjunto escultórico son 1,74 por 1,95 metros. Representa el momento en el que Cristo muerto tras ser bajado de la Cruz, yace en los brazos de su madre. Pese a ser un tema religioso, éste queda en un segundo plano prevaleciendo lo humano, es decir, la relación madre-hijo. Son muchos los aspectos plásticos y formales que destacan y se combinan para conmovernos, más allá de los evidentes conflictos de escala (la Virgen es muchísimo más grande que Cristo) y de edad (la Virgen parece más joven que Cristo). Si nos fijamos en el rostro de la virgen María, sentiremos la serenidad que transmite a todo el conjunto. Algo que también transmite el contraste entre los eternos pliegues de la vestimenta y la tersa piel de sus protagonistas.
La Piedad en el imaginario contemporáneo
Es una de esas obras cuya esencia se ha contagiado una y otra vez a lo largo de la historia y hemos podido ver su huella en todo tipo de imágenes. Seguro que a vosotros se os vienen a la mente muchos ejemplos. Desde la gran Marina Abramovic portando a Ulay, hasta Beyonce en su videoclip de la canción Mine.
Por ello vamos a destacar algunos artistas y obras actuales que han tomado como referencia esta obra.
Es el caso por ejemplo de Rafael Jimenez, quién con plastilina reinterpreta imágenes de la historia del arte. Mediante esta técnica nos habla de la transformación y modificación de la percepción de los recuerdos, obligando al espectador a redibujar en su mente la obra original.
¿Y si cambiamos los papeles?, ¿y si buscamos otra lectura u otro punto de vista? Así lo hace Marina Vargas con esta interpretación de la piedad.
Vayamos más allá. Otra artista que ha reinterpretado esta obra es Verónica Rut Frías, donde los dos personajes representados son femeninos y portan ambas vestimentas de color rojo.
¿Y a vosotros?, ¿qué os fascina más de esta gran obra de arte?
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