La primera impresión

¡Hola chicos! En esta ocasión voy a poner a prueba vuestra creatividad.

Cartelas y catálogos suelen ilustrarnos sobre el sentido, técnica, contexto y significado de las obras. Pero las obras, por si mismas, ya nos transmiten una información que nosotros intepretamos casi sin darnos cuenta. ¿Y si te dejas llevar por la primera impresión?

Me gustaría que nos contaras bajo este post una pequeña historia o poesía, basada en la primera impresión que os transmite las siguientes imágenes. Deberás poner al comienzo de vuestro comentario que obra habéis escojido:

No olvides votar que historia te ha gustado más porque tus votos serán decisivos para seleccionar a los ganadores.

Los dos comentarios/historias más votadas de cada obra serán los ganadores. En caso de empate, será ganador el comentario que se publicó primero.

El premio, por cortesía de Mahou dentro del marco de Mahou Impressions, será una visita muy especial para los amantes del arte por la Colección 1:  La irrupción del siglo XX: utopías y conflictos (1900-1945) del Museo Reina Sofía de Madrid. En total se regalaran 8 entradas dobles para las dos historias más votadas de cada imágen.

Puedes escribir tantas historias como quieras sobre cada una de las imágenes, pero sólo se entregarán una entrada doble por ganador.

El plazo para publicar tu comentario/historia y emitir tu voto es hasta el jueves a las doce de la noche.

¡Apresúrate a participar!

La visita será el 29 de mayo a las 19h de la tarde. Es importante que los ganadores acudan 15 minutos antes a la puerta de los ascensores de cristal, donde se le pasará lista.

Resultados:

  • Por la obra I: La Gran Fiscala (4 votos) y Laura García (1 voto)
  • Por la obra II: Stella Maldonado (1 voto) y Noemí Camblor (0 votos)
  • Por la obra III: Javier Jaspirk (1 voto) y Zoraya Escobar (1 voto)
  • Por la obra IV: Juan Carlos Merelo (4 votos)

Dentro de cada obra resultan ganadores  los más votados, en caso de empate será ganador el comentario que se publicó primero. En caso de renuncia las entradas pasaran a disposición de la organización.

¡Felicidades a los ganadores y a todos gracias por participar!

Aquí está disponible el pdf de los comentarios impreso a las 00:00 del jueves 24 de Mayo cuando se cerraron las votaciones.

27 comentarios sobre “La primera impresión

  1. Obra I: Programa MouVNT de José Luís Alexanco (seleccionada), la primera impresión es una pequeña historia individual, donde tienes un presente a la vista, no hay pasado. Las decisiones son mentales, casi espirituales, las manchas y el color del soporte dan un brillo de cambio sobre la obra, el hecho que esté a la vista dan la sensación de compartir (aunque pareciera que mi impresión sea intimista, no veo que sea contradicción). El recuadro azul en el único punto de relajación. El recuadro rojo es lo que más preciso a concretar y lo que más probable realizar desde mi individualidad.

    Saludos desde Centroamérica.

  2. OBRA I: me recuerda a una escena de la seri Big Bang Theory en la que Sheldon Cooper se encuentra antre un problema y termina metiendose en un bucle infinito del cual no puede salir

  3. Obra IV
    Totalitarian Europe, The. Destruction (La España totalitaria. Destrucción)
    No le gustaba su mundo. Todo era gris, pero de un gris muy oscuro. Sin poder hablar, sin poder decir lo que en realidad pensaba, sentía cómo se iba consumiendo por dentro. El silencio se había impuesto y, junto con el hambre y la enfermedad, era la tónica dominante de aquellos años. Un día, como cualquier otro, sintió de repente un gran alivio. Se percibía ligera, casi transparente, una euforia desconocida la invadió y notó en su espalda cómo dos grandes alas le brotaban poco a poco. Le alegró comprobar que, a pesar de su apariencia delicada, eran fuertes, y se asomó al balcón de su casa. La vista era magnífica ¿por qué no probar?, se dijo a sí misma, ¿qué podía perder? La ilusión, la búsqueda de algo mejor, más humano,  impulsó su vuelo, y como un nuevo Ícaro, que se acerca demasiado al Sol, cayó sin remedio hacia la realidad dura y gris del asfalto. La gente se arremolinaba alrededor, pero desapareció rápidamente al ver que se acercaba la autoridad. La encontraron sonriendo, cuando había tan poco por lo que sonreír en esos tiempos.

  4. Mujer de Azul – Pablo Picasso
    Acto reflejoEn mi pueblo se rieron de mí. No, yo no lo conté pero ya saben cómo son en los pueblos: todo se sabe. Aunque, la verdad, me daba igual que se rieran, total, no era la primera vez… Cuando era pequeña, era gorda, y la comidilla de toda la villa era el miedo a que la hija de Hortensia se comiera a los demás niños de la comarca. Después, en la adolescencia, era ya esbelta y muy delgada, así que yo creí haberme ganado el respeto de alguien pero no, entonces yo era una espátula que no tenía ni culo. Más tarde, en mi plena juventud todos me habrían aceptado de no tener las piernas un poco torcidas, más bello que un jabalí de caza, y las manos de señoritinga porque: –Claro, es que no ayuda a sus padres.

    Sinceramente, ahora que recuerdo mi primer día en la clínica, me parece toda una tortura: Sudaba como un cerdo (influencias de mi fisionomía jabaliliana) y, de no estar allí Concha, otra chica decidida al cambio, entreteniéndome con sus increíbles proyectos de futuro, me habría largado de allí con toda la rapidez que el laberinto de mis piernas me hubieran dejado.

    Sí, aun con la mofa de toda la comunidad, con los llantos y desesperos de mi pobre madre y el desprecio absoluto de mi bruto padre: me fui. Agarré un par de mudas, cogí los pocos ahorros que tenía y me subí al primer autobús de línea que me llevó a la capital…LA CAPITAL: DONDE TUS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD, EL LUGAR EN EL QUE TÚ ERES QUIEN TÚ QUIERAS SER. Eso decía la tele, eso decían las pelis, eso las revistas y la música pop y, como en el pueblo apenas me dirigían la palabra, yo me dije: – ¡Hala, Alionora!, tira pa la ciudad que el campo, como que no te dice nada.

    La consulta del Dr. Schchemimister, o algo así, era horrorosa. Se parecía al despacho del director de mi cole pero toda de madera bien untada de Politus. Venga títulos por aquí y por allá, un esqueleto que por más que dicen que son de plástico yo no me fío ni un pelo, y una retahíla de fotos de “antes y después” que me apabullaron. Sin embargo, él era requeteguapo, requeterequete guapo, como los de la tele, y hablaba muy suave, me sonreía y me trataba con respeto. Esa novedad no podía pasarle por encima ni a la más burra de Cabañeretas (que por cierto, es muy burra, tanto que decía que el dolor de regla -se pasa con una lechuga en el chumino, lo vi yo en las mañanas del Doctor Maritero. Son los remedios naturales de toda la vida-. Y ahí va la tía, todos los meses con la hortaliza en la entrepierna).

    El doctor me escuchó con atención. Cuando acabé se echó hacia atrás, se frotó la barbilla con una mano, apuntó algunas cosas que no acerté a descifrar y, mirándome fijamente me preguntó:
    -Entonces, ¿dice usted que quiere operarse para parecerse a…?
    -Un espejo- dije yo.
    -Un espejo…- repitió él.
    -¿Algún problema?- me preocupé yo.
    -Sí, un espejo: ¿de mano o de pié?- contestó él.
    Se pueden imaginar el lío en el que me metí. Eso sí, oye, cómo te tratan en la clínica, de lujo, casi prefería quedarme allí toda la vida en lugar de ir a la pensión en la que dormía cuando los gritos de la chica alegre de al lado me dejaban… Además, compartí habitación con Concha, un rayo de luz.Empezamos por partes. Primero la parte de arriba. Un poco agobiante lo que despertarte y no tener ni pecho ni nada, toda plana, pero plana extraplana. Me dejaron de un grosor de 8 cm, justo para entrar en el maravilloso marco rococó que quería vestir. Para el reflejo me metían en baños de no sé qué pero que estaba calentito y, aunque muy bien no olía, después dándome el sol: ¡deslumbraba! A las dos semanas, la misma operación con las piernas – ¡adiós al vello!- dije yo con jolgorio… De hecho fue lo último que dije en una temporada porque mi superficie de arriba ya estaba tan pulida y lustrosa que me tiraba mucho al hablar y me costó acostumbrarme. Anestesia y ¡ya estaba! Cuando me desperté era un esbelto, fino, fastuoso y elegante espejo enmarcado en un traje de oro. Al principio era un poco complicado, nunca pude verme a mí misma, cómo había quedado, porque me ponía delante de un espejo y claro, veía el espejo de en frente; pero como todo el mundo me sonreía, intuí que el resultado era espectacular.No tardé nada en mudarme a una casa con dos habitaciones (porque Conchi se vino conmigo) con vistas al parque y línea de metro al ladito del portal. No tardé porque me contrataron en seguida en una tienda de ropa de lujo: – Fantástico, maravilloso, ma-ra-vi-llo-so- decía un tipo con pintas de payaso y modales de tipa. Yo ante semejante cuadro no dije nada.Y ahí estoy, hace seis años que trabajo en la tienda y mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados. Ahora las mujeres que van a comprar me miran y me sonríen, dice cosas como – súper guapa- o – divina- o – qué pasada-. Siempre hay alguna excepción, quiero decir, siempre hay alguien que critica pero ahora la cosa es muy diferente: cuando alguien me mira y dice: – fatal, horrorosa, este espejo está mal, o es la luz, o no sé-. Entonces, las dependientas dicen – sí, debe ser eso- y en cuanto la mujer se va al probador se ríen de ella acusándola de excusar sus imperfecciones volcándolas en mí. Entonces, Conchi, que ahora es un foco, me parpadea y nos reímos mucho juntas. En definitiva, que sí, que estoy contenta, que hacerme espejo es la mejor decisión que he tomado en toda la vida. Míreme usted, ¿cómo lo ve?No, no, gracias a ustedes. Oigan, oigan…y esto… ¿Cuándo sale?

  5. Obra I. Pacman. Mi infancia. Comecocos. Adolescencia. El amarillo de su pelo y dos vidas extras. Siguiente nivel. Game Over. 

  6. Obra II. Picasso, siempre Picasso. Aunque en las obras sugeridas hay alguna, valga la redundancia muy, que muy sugerente, me centraré en Picasso.
    Mujer en Azul…¿Picasso era daltónico? esa fue una de mis primeras impresiones al ver esta obra y comprobar el título en la cartela. A mí me parece verde, pero bueno, no nos vamos a poner quisquillosos con los cromatismos con un genio del pincel. Me encanta Picasso, ya sé que parece muy mánido, pero que se le va a hacer, iba a su bola, sentó precedente, rompió con las reglas no sólo en el arte sino también en lo personal.
    Tengo que reconocer que su Mujer verdeazulada no me gusta nada, no es una obra que me llene, como el Guernica o los bocetos de este gran manifiesto pacífico en contra de la barbarie; o las Señoritas de Avignon, o sus dibujos de palomas, o su Hombre del cordero, o sus Mujeres corriendo por la playa en busca de la libertad… Cuando veo a esta mujer colgada en los muros del MNCARS, sinceramente, paso de largo.
    Y si profundizamos algo más en la obra. Me recuerda a las madames francesas, esas mujeres dominantes, rotundas, imperativas, las que sacan el beneficio de las pobres Señoritas de Avigñón. Las celestinas que comercian con la inocencia de esa dulce Nana de Emile Zola en el París del XIX. La traficante de pasiones que, con el paso del tiempo, ha ido emborronándose, difuminándose, mudando de color, del azul al verde…pero bueno, esa es una percepción personal.

  7. OBRA I: A veces, todos complicamos mucho la manera de expresar algo sencillo. A menudo no disfrutamos de la elegancia de ser simple y enrevesamos palabras y sentimientos.

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